miércoles, 9 de noviembre de 2011

"CINE JAPONES"

UN POCO DE HISTORIA
Se ha marcado el 28 de diciembre de 1895 como la fecha del nacimiento del cine. Ese día en el Gran Café del Boulevard de los Capuchinos, en París, Louis y Auguste Lumière realizaron la primera proyección de cine: fueron 10 o 12 pequeños documentales que dieron inicio a lo que ahora conocemos como arte, industria y espectáculo.
Técnicamente el cine es una proyección sucesiva de fotografías impresas sobre una cinta, las imágenes en movimiento suceden debido a tres elementos que son: la fotografía, la proyección y la persistencia de la visión.
El cine japonés es una de las vertientes más especiales de la historia del séptimo arte. Sus temas se alimentan de su historia épica y trágica, de su espiritualidad ancestral o de su nueva realidad presente.

La cinematografía japonesa es muy compleja, esta llena de matices estilísticos y con una gran variedad de géneros, subgéneros y temas que han evolucionado rápidamente en el último siglo bajo dos grandes estigmas históricos: el peso de la tradición, folklore y hábitos sociales nipones y la gran necesidad de un vínculo comercial con la industria occidental.
El cine japonés comenzó cuando dos operadores de los hermanos lumiere, Gabriel Vayre y Constant Girel ruedan películas en directo con estilo documental: colocando la cámara sobre las calles y plazas de las ciudades de Tokio, Kioto y Osaka, esto evoluciono rápidamente hacia formas artísticas que trataban de rodar escenas de baile de las geishas en toda su complejidad y otros temas de gran tradición nacional.
Cuando los norteamericanos ocuparon el país las instituciones dictaron disposiciones que prohibían todos los filmes que exaltaran el feudalismo, el amor a la guerra y a las batallas, el nacionalismo, el militarismo y el culto a la venganza y destruyeron todas las que ya trataban de estos temas, se borro de la producción nacional cualquier alusión a tradiciones ancestrales, artes marciales, formas de vestir, o ideales marxistas, habituales en el periodo mudo.
LA FLOR DEL CINE JAPONES
A lo largo del desarrollo del cine japonés se han desarrollado variedad de géneros como lo son:
-Goraku-eiga: cine de entretenimiento
-Kaiju-eiga: cine fantástico, surgidas después del desastre de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki p/e Godzilla
-Bunga-eiga: tipo documental
-Ken-geki (película sable) o chambara: films de samuráis, subgéneros de los jidai-geki
-Yakuza-eiga: películas de gánster japoneses (mafia japonesa)
-Ninkyo-eiga: películas de caballería
-Ninja-eiga: espías asesinos
Por mencionar algunos. A finales de los 50´s el cine japonés sufrió una nueva regeneración, debido a la influencia de un movimiento literario llamado Taiyozoku (tribu del sol) se comienzan a realizar películas sobre las nuevas necesidades juveniles. Fue una especie de Nueva Ola (nuberu bagu) en la que los directores (Nagisa Oshima, Kiju Yoshide y Masahiro Shinoda) fundaron revistas donde criticaban la afectación expresiva de los autores anteriores y donde manifestaban su voluntad de atributar e imitar a los autores de la Nueva Ola Francesa.
En los años 80 el cine se renueva y conforma su moderno sistema empresarial, en este tiempo debido a la escasa oferta formativa los cineastas son en su mayoría autodidactas, lo cual dio como resultado dos géneros más:
-pinku eiga (ligero cine porno)
-original video
Los orígenes de la historieta en Japón se remontan al siglo VII a.C., cuando se importa desde China los Chôjûgiga o Rollos Animales, unas tiras de papel de hasta veinticinco metros de largo, que escenificaban situaciones y costumbres budistas de la época. Durante el período Edo (1600-1867) surgieron los denominados ukiyo-e, dibujos en que se representaba a las personas en situaciones y acciones populares de cada época.
Un gran innovador del ukiyo-e, Hokysai Katsushika, acuñó el término manga (man: «informal» y ga: «dibujo»). Osamu Tezuka, el gurú de la realización de cómics en Japón, creó el primer «mono» televisivo japonés Tetsuo Atom (Astro Boy); más tarde resultaron La Princesa Caballero ( Ribon No Kishi) y Kima, El León Blanco (Jungle Tatei), inspirados en los trabajos de Walt Disney: todos personajes de cómic que se trasladaron a la pantalla grande.
Después, vino la moda de los robots gigantes y los monstruos, desde Ultraman hasta los más recientes Power Rangers, sin olvidar a Mazinger Z (ideado por Go Nai para cómics) y sus aventuras intergalácticas junto al robot Afrodita A, que lanzaba sus pechos como Mazinger Z sus puños.
Tras este gran desarrollo surgieron Los Caballeros del Zodíaco, Sailor Moon, y DragonBall de Akira Toriyama, (1986), seguida de (Dragon Ball Z, 1989 y Dragon Ball GT, 1996), todas producidas por la Toei Animation.
HOY DIA
La situación actual del cine japonés es bastante crítica. Aunque el 50% de los espectadores ven filmes propios, el cine japonés sólo representa alrededor del 32% de la cuota de pantalla (año 2000) desde hace diez años, frente al 68% de la cuota norteamericana, a pesar de los casi trescientos títulos anuales producidos (282 en el 2000). El cine se impuso en Japón como el entretenimiento rey antes de la guerra y sobre todo entre 1945 y 1958, año en que alcanzó su momento álgido, con 1.120 millones de espectadores. A partir de ese momento, con la aparición de la televisión, esta cantidad disminuyó radicalmente. Las estadísticas más recientes indican una cifra de 162,2 millones de espectadores al año. De media, los japoneses acuden al cine 1,3 veces al año, es decir, más o menos tres veces menos que los franceses o los surcoreanos. Los ingresos anuales registrados ascendieron en 2010 a aproximadamente 220.000 millones de yenes (2.420 millones de euros) y con esta cifra Japón se consolida como un gran país de cine, ya que se sitúa justo por detrás de Estados Unidos. Esta situación contradictoria se debe ante todo al precio de la entrada: en Tokio e incluso en Osaka, la entrada normal puede alcanzar los 1.800 yenes, 1.500 yenes la entrada para estudiantes y 1.000 yenes la entrada para mayores de 60 años. Este precio compensa financieramente el descenso de asistencia a las salas. De media, la entrada cuesta 6,14 euros en Francia, 5,1 euros en Corea, 7,5 dólares en Estados Unidos y Japón se descuelga con su cara entrada a 1.217 yenes (es decir, 11,06 euros). Por tanto, podemos afirmar que la industria japonesa del cine se mantiene gracias al elevado precio de las entradas.
Sin duda alguna el cine japonés tiene aun mucho que mostrar al mundo sobre si mismo, sin embargo y a pesar de que existen diversas compañías productoras de cine, es necesario el apoyo por parte de la comunidad japonesa entera par hacer posible que el cine japonés sea mayormente reconocido día a día.
BIBLIOGRAFÍA
Schmidt noguera, m.: análisis de la realización cinematográfica. editorial síntesis,
Madrid, 1997, col. comunicación audiovisual.
Semana internacional de cine de valladolid: takeshi kitano. valladolid, 1998.
Tessier, m.: el cine japonés, acento editorial, madrid, 1999, col. flash.
Sedeño valdellós. Historia y comunicación social: cine japonés: tradición y condicionantes creativos actuales, 2002